Las posturas que se adaptan a la hora de trabajar determinarán a largo plazo la salud física del trabajador, siendo el cuello y la espalda las partes más afectadas. Además de tener una postura corporal correcta con una silla de oficina ergonómica y un ajuste adecuado, hay pequeñas acciones que también se pueden tener en cuenta para huir de los dolores o molestias.
Generalmente, la pantalla del ordenador es el centro de atención de la mirada, por lo que, además de evitar reflejos y deslumbramientos, la colocación de la misma es esencial para la ergonomía. El ordenador debe situarse a una distancia entre 40 y 60 cm de los ojos, lo más centrado posible y alineando la parte superior con la altura de la mirada, de forma que no sea necesario forzar el cuello.
Por su parte, la posición del teclado y el ratón también influyen en la postura que adopta el cuerpo. Deben colocarse a una distancia prudencial del borde del escritorio, para que ambos brazos y codos descansen cómodamente y las muñecas no necesiten flexionarse. De vez en cuando es conveniente levantarse y estirar las piernas, ya que las largas horas sin realizar ningún movimiento pueden ser perjudiciales.
Tanto si trabajas en casa como en la oficina, además del ordenador, impresora o teléfono, tu cuerpo es la herramienta principal con la que realizas tu trabajo. Un carnicero no emplearía un cuchillo sin filo y un mecánico no dejaría de engrasar la maquinaría, arriesgando que se estropee con el tiempo.
Tener ergonomía en el trabajo es fundamental para trabajar bien y alcanzar los objetivos, sin descuidar la salud y sin perder calidad de vida. Aumenta tu rendimiento y reduce el riesgo de lesiones disfrutando de una home office saludable, la mejor apuesta para tu día a día.