Establecer una mentalidad tranquila y tener un plan del temario a estudiar es fundamental para aislarnos de cualquier elemento que nos pueda entretener y lograr los objetivos. En este sentido, existen varios métodos para concentrarse estudiando que puedes poner en práctica antes de abrir los apuntes y que te servirán para otras áreas de tu vida cotidiana.
Estas técnicas de concentración son muy fáciles y no te llevarán más de diez minutos:
- Relajación. Esta es una herramienta que permite mejorar la concentración para estudiar, pero que también puedes utilizar cuando sea necesario. Dedica entre diez y quince minutos a realizar ejercicios de relajación dos veces al día durante la época de estudio y exámenes para disfrutar de sus beneficios:
- Respiración. Mediante el control de la inspiración y espiración, conseguirás una respiración consciente, lenta y profunda. Para lograrlo, puedes inspirar contando hasta cuatro, retener el aire otros cuatro segundos y soltarle durante seis. Repitiendo este proceso de tres a cinco veces, notarás una sensación de calma tanto física como mental. Es recomendable tener una mano en el pecho y otra en el abdomen para ser consciente de las reacciones del cuerpo.
- Meditación. Es la técnica de concentración para estudiar más efectiva, pero requiere de tiempo tanto para realizarla como para mantenerla día a día. No existe una guía estándar de meditación, pero hay pautas que puedes seguir como mantener la concentración dirigida en algo y no desesperarte si tu mente se distrae. El objetivo es lograr una sensación de atención y tranquilidad que disfrutarás más allá de los momentos de estudio.
- Música. La música para estudiar puede ser un aliado si se utiliza correctamente. Elige música clásica o música instrumental relajante para tus sesiones de estudio, y notarás un incremento de tu rendimiento en términos de memoria, concentración y creatividad.
- Relajación progresiva muscular. A principios de los años 20, el médico Edmund Jacobson desarrolló una técnica para aumentar la concentración en el estudio. Consiste en tumbarse en el suelo y contraer los diferentes grupos musculares durante 10 segundos y relajarlos, repitiendo el proceso varias veces.
- Método Pomodoro. Este método para concentrarse estudiando se centra en hacer una gestión efectiva del tiempo. El estudio se realiza en intervalos de 25 minutos (llamados “Pomodoros”), con un descanso de cinco minutos entre cada uno. Cuando se completan cuatro pomodoros, el descanso aumenta a 15-20 minutos. Solo existe una regla: no se utiliza el teléfono ni se consultan las redes sociales ni durante los pomodoros ni en los descansos.
- Lectura rápida previa. Realizar este ejercicio antes del estudio ayuda a familiarizarse con el tema y ayuda a hacerse una idea general de la materia, así como a reconocer los aspectos más importantes a subrayar. Tras ello, es importante hacer una lectura comprensiva de forma más pausada que la lectura rápida previa, para asegurar que se comprenden todos los conceptos. Así, la información ya es conocida al cerebro a la hora de memorizar y esta tarea se agiliza.
- Ejercicios de entrenamiento. La mejor técnica de concentración para estudiar es la motivación. Si mantienes tu cerebro activo y entrenas la memoria podrás avanzar más rápido en las materias, agilizando el tiempo y ayudándote a seguir concentrado durante más tiempo. Existen multitud de formas de entrenar la memoria que son divertidas y que puedes hacer en tu tiempo de ocio como pasatiempos, la lectura o enumeraciones simples: juegos de palabras, describir lo que se ve en un paseo o repasar fotos antiguas.