Técnicamente, la melamina es un compuesto orgánico que en combinación con otros recursos, produce un polímero sintético estable y resistente. Básicamente, es una mezcla de plásticos y resinas.
Se trata de un recurso muy utilizado en mobiliario gracias a su resistencia. Y es que, aguanta mejor la exposición al agua, las manchas o los arañazos que otro tipo de materiales. La única zona especialmente vulnerable son sus esquinas, que normalmente pasan por un proceso conocido como canteo, que las protege y confiere un extra de robustez.
Los tipos de muebles de melamina son muy variados, ya que es un material fácil de trabajar que permite crear desde diseños de líneas sencillas hasta aquellos más complejos. Esto los convierte en muebles aptos para prácticamente cualquier estancia del hogar u oficina.
Asimismo, existen varios tipos de tableros que se suelen recubrir con este material para la fabricación de muebles de melamina. Por un lado, el aglomerado se produce a partir de madera triturada. Los conocidos como tableros de DM cuentan con una densidad media, ya que se compone de fibras de madera; y el contrachapado se obtiene a partir de la unión de partes de madera natural.
Por lo tanto, la forma del tablero elegido definirá el resultado final del mueble en cuestión, así como su durabilidad y resistencia. La melamina blanca es la más utilizada, tan característica del mobiliario de oficinas y hogares.