La silla de oficina es, junto con la mesa, parte del mobiliario básico sobre el que se desarrolla la jornada laboral, motivo por el cual, optar por una buena silla es primordial para el bienestar, salud postural y para mantener la concentración.

Actualmente, los modelos de sillas de oficina se dividen en dos grandes grupos: con reposabrazos y sin ellos. Lo cierto es que cada uno ofrece unas ventajas u otras, en función del tipo de tareas que se lleven a cabo.

A continuación te damos las claves y beneficios de las sillas con reposabrazos y sin ellos. Una vez tengas claro cuál se adapta mejor a tus necesidades, no olvides prestar atención al resto de características: dimensiones, altura, tipo de respaldo, etc.

Sillas de oficina sin reposabrazos: ¿cuándo es mejor elegirlas?

A priori, las sillas con reposabrazos son las más recomendadas cuando vamos a pasar muchas horas sentados, porque ofrecen un apoyo extra y descanso para los hombros en el momento en el que no estés apoyando brazos y muñecas sobre el escritorio, ya sea escribiendo o tecleando en el ordenador pero, ¿cuán cierto es esto?

Las sillas sin reposabrazos son menos ergonómicas, ya que no proporcionan un lugar dedicado a descansar los brazos. Sin embargo, una silla sin reposabrazos tiene múltiples usos que la hacen la indicada para diferentes escenarios.

Al no contar con los reposabrazos, esta silla tiene unas dimensiones normalmente menores, por lo que es ideal para espacios pequeños, permitiendo añadir un número mayor de asientos y facilitando mayor libertad de movimientos en el espacio de trabajo.

Por otro lado, para lugares en los que no hay que pasar mucho tiempo sentados, como por ejemplo salas de espera o salas de reuniones, es más recomendable optar por sillas sin reposabrazos.

La gran ventaja que ofrecen en estos casos es que, al eliminar la barrera física de los reposabrazos, se permite mantener una comunicación más cercana y natural. Asimismo, para puestos de trabajo muy dinámicos como por ejemplo puestos de seguridad o de atención sanitaria, donde el personal suele levantarse de forma abrupta para intervenir con la mayor inmediatez posible, una silla sin reposabrazos es la más indicada.

Otra característica de las sillas sin reposabrazos es su polivalencia. No hay dos estancias ni dos tareas idénticas, por eso, con sillas como las de la colección Noom 50 consigues un mueble que se adapta a cualquier estancia de la oficina y el hogar. En casa puede ser la elección perfecta para el salón, comedor, cocina, para la zona de trabajo o para espacio de juegos, garantizando siempre la máxima eficiencia y confort para las personas.

Ventajas de las sillas sin reposabrazos

Si te estás planteando optar por una silla sin reposabrazos, a continuación repasamos las principales ventajas y aplicaciones de estas sillas:

  • Las sillas sin reposabrazos proporcionan mayor libertad de movimientos durante su uso.
  • También dan más facilidad a la hora de moverlas y colocarlas, ya que ocupan menos espacio y suelen tener unas dimensiones menores, lo que las hace perfectas para lugares reducidos.
  • Las sillas sin reposabrazos se recomiendan para situaciones en las que se concentre un número de personas durante un corto periodo de tiempo.
  • Fomentan una comunicación más natural y directa, siendo perfectas para reuniones.
  • Son las más indicadas para trabajos muy activos como puestos de seguridad o sanitarios, en los que, en caso de urgencia el personal tiene que levantarse y acudir en el menor tiempo posible.
  • Su almacenaje y transporte son más sencillos, ya que son de menor tamaño, no pesan mucho y ofrecen la posibilidad de apilarse.

Ventajas de las sillas sin reposabrazos

Las sillas con reposabrazos ofrecen una mayor ergonomía. Por este motivo, se convierten en las sillas más cómodas y seguras para pasar el transcurso de la jornada laboral. Su objetivo principal es lograr una correcta posición de los brazos, de forma que descansen y ayuden a descargar tensión de los hombros y la espalda.

Tipos de reposabrazos

Los reposabrazos de las sillas ergonómicas para oficina pueden ser de dos tipos: fijos y ajustables.

  • Los reposabrazos fijos no permiten ajustarse en altura y profundidad, pero están colocados de forma que aseguran la posición más correcta para el brazo: un ángulo de 90 grados.
  • Los reposabrazos ajustables permiten movilidad en altura y/o profundidad, así como rotación y diferentes grados de inclinación, para aportar una mayor comodidad al usuario, de forma que se adapte a su altura, envergadura, postura corporal, etc.

En el caso de los reposabrazos ajustables, se pueden realizar diferentes movimientos, ya sea regular su altura, el espacio lateral con el cuerpo, la profundidad con respecto al asiento, e incluso el ángulo de giro. De esta forma, se consigue una silla cómoda, que se adapta a tus necesidades y con unos reposabrazos completamente personalizados para las medidas del usuario.

Sillas ergonómicas con reposabrazos ajustables

Las sillas con reposabrazos ajustables son la opción más ergonómica para un trabajador de oficina que pase largas jornadas sentado. La opción de regularlos y adaptarlos cómodamente a la altura correcta asegura que la colocación será la idónea para una correcta higiene postural.

Si buscas una silla de oficina que permita un movimiento 3D y se ajuste completamente a la posición del antebrazo, además de poder regular este elemento en altura, distancia y delante/detrás, explora la TNK Flex, una silla ergonómica con varias opciones de color. son completamente ajustables. Permiten un movimiento 3D que se ajusta completamente a la postura del antebrazo, además de poder ser regulados en altura, distancia y delante/detrás.

Ventajas de las sillas con reposabrazos

A la hora de elegir la silla ergonómica para la oficina con o sin reposabrazos hay que tener en cuenta las ventajas de cada una de las opciones. A continuación enumeramos los múltiples beneficios de las sillas con reposabrazos.

  • Se trata de sillas más ergonómicas, ya que proporcionan un apoyo para colocar correctamente los brazos y reducir tensiones.
  • Esto está estrechamente relacionado con la comodidad, que en momentos de descanso aumenta.
  • Gracias al apoyo extra se consigue disminuir la fatiga en hombros, espalda y cuello.
  • Descansar los brazos en los reposabrazos facilita que se eviten las posturas forzadas e incómodas.
  • Son idóneas para trabajar durante tiempos prolongados, evitando posibles lesiones.
  • Existen sillas plegables con reposabrazos, perfectas para utilizar en momentos puntuales y guardarlas cuando no sean necesarias.

En conclusión, a la hora de elegir la silla perfecta, hay que tener en cuenta el uso que se le va a dar: para jornadas de trabajo prolongadas una silla con respaldo y reposabrazos ergonómica es la mejor opción.

Y para espacios reducidos, para puestos de seguridad o sanitarios así como para espacios donde se necesitan albergar un mayor número de sillas, optar por sillas sin reposabrazos será la mejor opción, para aprovechar al máximo el espacio sin renunciar a distribuciones dinámicas y al confort.